martes, 24 de diciembre de 2013

El difícil arte de relacionarse

Los solteros, en general, piensan en casarse, tener hijos y formar una familia. Muchos están sin pareja no por opción sino debido a la dificultad para conseguir una persona con quien logren relacionarse.

Adoniro Barbosa dos Santos,  especializado en recursos humanos y formación del comportamiento y con postgrado en pedagogía empresarial, afirma que para que las relaciones personales y profesionales sean exitosas, es esencial conocer al otro. “Es necesario saber qué tipo de comportamiento, limitaciones, habilidades y necesidades tiene la otra persona, siempre tratando de adaptarse a los estilos, sin perder la personalidad”, destaca.

¿Cómo conocer cada estilo de comportamiento?

Conforme al Estudio del Factor Humano existen cuatro tipos básicos de comportamiento con los cuales el ser humano se puede identificar:

Observador: Es analítico, detallista, planificador, cuestionador y minucioso. Presenta emotividad baja y poca determinación. Es lento para tomar decisiones poco osado y piensa demasiado, por lo que  pierde oportunidades;

Expositor: Alta emotividad e iniciativa. Es expresivo y notable, se expone sin timidez y extroversión. Sin embargo, es exagerado, exhibicionista, “estrella” y monopolizador de la atención;

Realizador: Es emprendedor, decidido, objetivo, conquistador y osado. Tiene mucha determinación y baja emotividad. Es una persona que le gusta mandar. Es autoritario y autocrático;

Apoyador: Muestra poca iniciativa y alta emotividad. Es afable, generoso, comprensivo, amable, humilde y no agresivo. Es sumiso, con poca fuerza e influenciable.

Según Barbosa,  es posible afirmar la existencia de un quinto tipo de comportamiento. “Es el versátil, aquel individuo que puede actuar con flexibilidad al punto de  adaptarse a cualquiera de los estilos básicos. Sin embargo, presenta uno de los cuatro”, dice.

El especialista afirma que el comportamiento de la otra persona puede ser identificado por medio de sus gestos, timbre de voz, actitudes y vestimenta (a través de los tipos comunes para cada estilo), lo que facilita enormemente el reconocimiento.

Él explica que las personas que pertenecen al mismo estilo pueden tener una mejor relación,  tanto en lo profesional como en lo íntimo, pues, con características comunes, podrán  tener los mismos intereses. Sin embargo, no se garantiza un buen resultado sólo por presentar estilos iguales, también dependerá de la flexibilidad y la adaptación de cada uno. “Conocer las debilidades y fortalezas de cada estilo y por qué actúan de cierta manera también ayuda. Esta información permite que las personas comprendan mejor al otro, traten de responder a las expectativas de su pareja y se relacione con ella de manera que le agrade, lo que generará una mejora en las relaciones”.

Mejorando las relaciones en el ambiente de trabajo


Problemas en las relaciones son comunes en algunos lugares de trabajo. En estos casos, el académico advierte que no siempre iremos a interactuar sólo con aquellos que nos entienden, agradan, piensan o se comportan como nosotros. “Es esencial que las personas sean versátiles y flexibles. El desafió  es tratar de adaptarse”, concluye.

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