¿Ya vieron la película “El amor es ciego”? (“Shallow Hall”, en inglés)
El muchacho es súper ignorante y superficial, y sólo le gusta enamorar mujeres lindas, pero muy ignorantes y vanas. Hasta que un día, lo hipnotizan y comienza a ver las cosas al revés…
Súper modelos ignorantes, a sus ojos, se transforman en mujeres horribles debido a lo que son por dentro. Y aquellas que son feas por fuera, pero con un interior valioso, se transforman en mujeres lindísimas para él… No voy a contar el resto, si aún no la viste, vale la pena, pues es bien graciosa.
Recordar esta película me hizo pensar en cuán interesante sería si la belleza interior de las personas realmente influenciase la forma en que las vemos de cara a cara.
¿Imaginas aquellas bellezas que solo piensan en sí mismas, en cabello maquillaje, ropa, que son incapaces de pensar en otras personas, pero que son realmente lindas de apariencia? Por fuera, tendrían la imagen de lo que realmente son por dentro y viceversa.
Pero como eso no sucede, es necesario conocer a la persona, conocer sus verdaderos valores, para que la verdadera belleza de cada una pueda florecer a nuestros ojos.
¿Sabes aquel chico que miras y tu corazón late más fuerte? ¿Sabes aquel con quien nunca conversaste, pero cuando te acercas, te pierdes y ni sabes que decir por lo lindo que es?
¡Cuidado! El gato puede ser un ratón. Y eso que sientes es exactamente eso –sentimientos. Sentimientos traicioneros que se rehúsan a obedecer tu mente, ¡¿no es cierto?!
Por lo tanto, no desprecies a aquel chico sólo porque no es hermoso, tampoco caigas en las palabras de otro sólo por su belleza física. Conoce a la persona antes de decir un sí o un no. Tal vez, aquel “feíto” se haga lindo a tus ojos.
¿Eso quiere decir que los feos son de Dios? ¡NOOOO!
Eso quiere decir que tenemos que tener cuidado con las apariencias engañosas y no dejarnos llevar por los sentimientos que nos invaden haciendo que dejemos la razón de lado.
Nanda Bezerra
Que sabia reflexión...
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