domingo, 10 de marzo de 2013

¡Me discriminan!


“¡Mi jefe me discrimina por mi color de piel! Estoy en este trabajo hace más de dos años y nunca fui ascendida ni recibí un aumento”, reclamó ella con voz triste.

“¿Realmente será por eso? Si tu patrón fuese racista o si no le cayeses bien, nunca te habría contratado, o ya te habría echado…”

“Entonces ¿cuál es la razón de todo esto? Me siento perseguida, siempre me está llamando la atención…” Alegó.

“Mira, vas a hacer lo siguiente. Durante esta semana,  elegirás un buen momento para hablar con tu jefe, pregúntale cuál sería el horario y día apropiado para conversar con él. En este día, no reclames, hazle las siguientes preguntas:
  1. ¿Qué cree que podría hacer para mejorar mi trabajo?
  2. ¿Cuáles son las cosas que usted cree que no hago bien y que debo cambiar?
En la misma semana, ella descubrió que el problema no era que el jefe la discriminara, sino que había muchas cosas que ella debía cambiar.

Después de la conversación, supo exactamente lo que se esperaba de ella y comenzó a trabajar de forma diferente y a hacer más, incluso, más de lo que se esperaba que hiciese.

En pocos meses, ¡su jefe la ascendió con un aumento de sueldo excelente y el ambiente en el trabajo es otro!

“Ahora me siento más segura de mi misma y amo mi trabajo. Mi jefe y yo nos llevamos muy bien”.

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