Hay momentos en la pareja en los que prevalece lo que dice el hombre. En otros, lo que dice la mujer. Pero hay situaciones en las que no prevalecerá lo que dice ninguno de los dos. En ese momento, prevalecerá la decisión de Dios, el que guía la relación de la pareja.
La Biblia dice: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.”, (Marcos 12:30). Si uno quiere amar a Dios, Él debe estar sobre todas las cosas.
Hay personas que ponen a la pareja en el lugar de Dios y cuando hay un problema sienten que la vida se les termina. Eso sucede porque Dios no ocupa el primer lugar en sus vidas y mientras eso no suceda, su vida sentimental será un desastre.
Si usted está soltero y todavía no ha encontrado a la persona ideal, puede ser porque Dios no ha ocupado el primer lugar en su vida.
Dios bendijo a Salomón porque él Lo había puesto en primer lugar, pero cuando dejó a Dios para ir detrás de mujeres de otros pueblos, cayó en la ruina. Usted puede construir un imperio, pero si Dios no está en primer lugar, ese imperio se va a destruir.
Y usted, ¿ha puesto a Dios en primer lugar en su vida? Hágalo si desea ser feliz, de lo contrario, sus esfuerzos serán vanos.
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