En una de esas fiestas, un amigo me presentó a la persona que sería la pieza clave del diablo para mi destrucción, él era todo lo que cualquier adolescente soñaba, con sus 2 metros de altura llamaba la atención cuando llegaba, era sonriente y podía hablar de cualquier asunto.El diablo sabía lo que yo quería en un hombre y en ese momento me lo ofreció en bandeja de plata, además sabía que mi madre había cambiado de táctica, ya no lloraba más por mí, ahora usaba la fe confiando en que vencería. El diablo tenía que actuar rápido y el tiro tenía que ser preciso, no podía equivocarse.
Yo pensé que había encontrado mi media naranja, fue amor a primera vista y lo más interesante era que él vivía al lado de mi casa y yo nunca lo había visto, ahora sé que Dios no nos deja ver lo que nos puede separar de él, y también nos hace invisibles para protegernos, pero ahora no tenía esta protección, yo veía todo lo que el mundo tenía para ofrecer.
Empezamos a salir sin el consentimiento de mi familia, por supuesto, fue desde entonces que empecé a notar que el hombre tan maravilloso no era tan perfecto, bebía más de lo normal, era adicto a las fiestas nocturnas, estaba conmigo y también salía con otras mujeres, sufrimos mucho porque queríamos estar juntos, pero no éramos el uno para el otro, fue una relación llena de altibajos y para colmo me estaba muriendo por dentro porque no me sentía completa lejos de Dios y de la IURD, ¡había que volver!
Decidí volver, terminé con mi novio y llegué a la IURD hecha pedazos, pero Dios me recibió con los brazos abiertos. Comencé a participar y cuando menos cuenta me di ya estaba en el primer amor de nuevo. Pasó el tiempo, fui levantada a obrera, era muy feliz. Pero como siempre el demonio comenzó a soplar pensamientos como “¿hasta cuándo voy a estar sola? No hay nadie aquí en la iglesia que me guste, y ¿ahora qué?”
Fue entonces cuando me rebelé con ese sentimiento de ansiedad e incertidumbre, incluso me senté en la calle como una loca y empecé a hablar en voz alta con Dios y esta fue mi oración: "Oh, Dios mío yo sé que he pecado contra ti, que fui rebelde y todo lo demás , pero estoy segura de que fui perdonada y por lo tanto no acepto pecar o entristecer al Señor por algo que sé que el Señor me dará, a partir de hoy voy a esperar, porque sé que el Señor es fiel! Oh Señor puede ser como sea físicamente sólo te pido que sea loco por ti, eso es suficiente, ¡amén! "
Un año más tarde llegó una nueva familia a mi iglesia y allí estaba él, el hombre que Dios movió el cielo y la tierra para darme a mi futuro marido, y dígase de paso que esta mitad que Dios me dio, humilló la que el diablo me ofreció, ya que éste era completo, hermoso por dentro y por fuera.
Esta vez supe esperar y a cambio mi Señor me dio lo mejor de su mies. Fue levantado a obrero de inmediato me pidió que fuera su novia, una semana más tarde nos comprometimos, dos meses después me propuso matrimonio y 5 meses después estábamos felizmente casados.
Fuimos llamados para servir en el altar y ahora estamos casados hace 11 años y hacemos la obra en los Estados Unidos.
Consejo cinco: No te ilusiones ni seas fantasiosa, usa tu fe inteligente.
No te dejes llevar por palabras bonitas y dulces, eso cualquiera sabe hacerlo.
Pon mucha atención en el carácter del muchacho y su condición espiritual.
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