martes, 22 de octubre de 2013

¿Nada ha cambiado en su vida sentimental?

Si su situación sentimental actual es igual a la que vivía antes de empezar a buscar a Dios, no es justo, es algo que no puede aceptar. Antes no participaba de la Terapia del Amor, ahora busca la felicidad en Dios, y todo sigue de la misma forma.

¿Qué hacer? Indígnese ante esa situación. Si usted no manifiesta su indignación, terminará postrándose ante su problema. Si Dios está con usted, eso no puede suceder.

“Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.

La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí.

Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.”, (Juan 4:6-10).

Eso es lo que sucede con muchos cuando Dios les pide que hagan determinada cosa. Muchas veces, no aceptan lo que Dios les está diciendo. Si usted entendiera lo que la fe es capaz de hacer por usted, no pensaría dos veces antes de hacer lo que Dios le dice.


¿Le ha costado alcanzar la felicidad? A Dios no le cuesta nada dársela. Muchos se apoyan en sus conocimientos, en la experiencia de vida y no dejan que la fe actúe. Cuando uno cree, deja todo atrás y se lanza en los brazos de Jesús para recibir lo que, hasta ese momento, nunca habían recibido.

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