¿Hay compañerismo hasta debajo del agua? ¿Y si el otro no sabe nadar? Es un hecho que ser compañero del otro es lo más importante en el matrimonio, pero los límites existen a partir del momento en que existe la posibilidad de perjuicios para una de las partes.
La psicóloga Deborah Cristina de Macedo Jorge explica que este compañerismo no debería existir en los momentos de error de uno de los dos. “Por ejemplo, en una situación de peligro, si los dos se perjudican no habrá nadie para auxiliar”.
Muchos creen que para probar el compañerismo y el sentimiento, la persona debe estar siempre dispuesta a todo, incluso si fuera en contra de su gusto y deseo. “A partir del momento en que usted obliga al otro a hacer lo que no le gusta, está invadiendo su espacio y es ese el límite del compañerismo”.
Un ejemplo de una pareja, fue Adán y Eva, que incluso en el momento de desobedecer a Dios estaban juntos. “En este caso, si Adán no hubiera aceptado la sugerencia de su esposa de comer la fruta prohibida, cambiaria toda la historia de la humanidad. Pero, todo lo que sucedió tuvo un propósito de Dios”, dice la psicóloga.
Cuando la falta de compañerismo pone en tela de juicio la voluntad del otro, muchas veces esto puede llevar al fin del matrimonio. “A algunos les puede suceder eso, pero si la persona razona y comienza a mirar al otro como un individuo, no siendo egoísta, mirando al otro y reconociendo sus necesidades, gustos y principalmente colocándose en su lugar, esto también es compañerismo” señala Débora.
Generalmente, las personas relacionan el amor con el ser o no compañero. “Si hay amor, hay compañerismo dentro de los límites del otro, respetándolo como es. Una cosa está muy vinculada a la otra, pero no se acostumbra haber esta comprensión entre las parejas”.
Para Débora, ser compañero es simplemente entender al otro. “Se puede ser compañero, independientemente de cualquier cosa, viendo al otro como un ser diferente. Para que el compañerismo este por encima de todo es necesario dar valor a la individualidad, incluso si los gustos y las actitudes son diferentes”.

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