martes, 23 de octubre de 2012

¿Por qué no lo consigo?



Muchas personas quieren esto o aquello. Tienen deseos, sin embargo la realización está tan lejos, no existe ninguna señal de concretización. ¿Por qué será?

No encuentran fuerzas para ejecutarlo, e incluso afirman: “Yo quiero… pero no lo consigo o no hay manera, ¡yo soy así!”


¡Cuántas veces incluso pensé que era algo natural no alcanzar, por yo ser humana!¡Cuántas veces me apoyé en mis escusas, mis fracasos, para decir que la vida es difícil!. Atendía en las reuniones en la iglesia, lloraba, pedía ayuda, pero…No ocurría nada. Apenas el sentimiento de frustración, que era grande. Una insatisfacción hacía parte de mí. Vivía reclamando.

En eso cobraba, imponía mi punto de vista a los demás, e incluso exigía una respuesta de parte de ellos hacia mí, e incluso hacia Dios.

Sin embargo, existía una gran barrera en mi fe. Todo era un deseo, que no pasaba de una emoción.

Cuando llegué al extremo, y empecé a perseguir mi objetivo, encontré fallos que estaban enraizados en mí. Comencé a aborrecerme. Fui en contra de todo lo que escondía.

Esta actitud, no era emoción, ya que cuando existe algo que es frontal, no hay forma de ser fe emotiva. Es la fe inteligente, que empieza actuando por la cabeza y ya no por lo que siente, porque la fe inteligente ve tu necesidad, y no tu sentimiento. Ella entiende que hubo engaño y peso, mientras habían sentimientos. Existe una separación de conducta, no por una obligación, y sí por una necesidad.

Por esto, ella llega a la conclusión de que la fe inteligente es conveniente y definitiva.

La fe inteligente es una sed de respuesta. No es apenas un deseo de tener vida. Por esto ella es tan eficaz e intrépida.

Osada y capaz de enfrentar todo.

Viviane Freitas

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