En realidad, la palabra correcta no es que su esposo o esposa sea “difícil”. El ser humano, en general, es una criatura compleja. Todos somos difíciles.
La palabra correcta es “diferente”. Su esposo es muy diferente a usted. Su esposa es tan diferente que a veces usted se pregunta si ella no es un extraterrestre, de un planeta que usted no imagina como es y dónde está…
Vea las consecuencias de estos dos puntos de vista. Si usted ve a la persona amada como “difícil”, usted estará siempre frustrada y haciendo de todo para cambiarla. (Como si las personas fueran de plastilina…)
Pero si usted ve a su otra mitad como “diferente”, su actitud será primero en tratar de entender por qué él o ella es como es. Entender y no juzgar o criticar.
Si entiendo que, a diferencia de mí, a mi esposa le gusta salir, si trato entender el por qué de esto, y lo que esto representa para ella, entonces sabré adaptarme a la manera de ser de ella y no dejare que esta diferencia me frustre. Tampoco la atacare o tratare de cambiarla. Quien sabe ella quedara tan agradecida por mi comprensión que va a querer agradarme también.
Las personas sólo cambian cuando reconocen por sí mismas la necesidad de cambiar. La crítica y la imposición, por lo general, sólo fortalecen la manera de ser de la persona. Es decir, el tiro le saldrá por la culata.
¿Es esto lo que usted quiere?
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