
Agradable, rico, elegante, simpático y exitoso. En medio de tantas cualidades, es posible que muchas mujeres quieran relacionarse con un hombre visiblemente sin defectos – aquel que podrá ajustarse a los estándares apropiados para construir una familia. Pero, imagine que si entre tantas características positivas, esa persona fuese agresiva en relación a dos. ¿En este caso, la relación valdría realmente la pena? Independientemente de la situación, no se deje llevar por las apariencias, porque engañan.
"Agresión no es sólo de forma verbal o física. A veces, la peor manera de agredir a alguien es permaneciendo en silencio o "ignorándola" Así que, cuando el compañero se da cuenta de que obtuvo un resultado positivo sobre el otro, inconscientemente aprende que la mejor forma que tiene para conseguir algo de su pareja es agrediéndolo de alguna manera", explica el obispo Renato Cardoso.
El también alerta que tanto el hombre que agrede a la mujer como la esposa que es nerviosa con su esposo están demostrando, quizá sin querer, una gran inseguridad, "Si necesito agredir a la persona amada para exponer mi punto de vista, ¿qué tipo de persona soy? La Biblia dice que el hombre es humano y puede airarse, pero cuando usted está enojado y no sabe utilizarla para resolver un problema, usted se convierte en víctima de ella y termina por destruir su vida".
Toda agresión es una razón. Averigüe cuál es la causa responsable de su problema, si se trata de celos o inseguridad, y comprenda el motivo de que usted sea así con su compañero. "Cuando el espíritu esta débil, cualquier emoción es fuerte. La persona tiene que darse cuenta de que necesita ayuda", dice el obispo. Según él, ser hombre no es golpear a la mujer, sino saber el momento de usar la cabeza, sea inteligente y busque ayuda.
"Usted que está casado tiene que invertir tiempo en su relación y en la manera de aprender a vivir mejor, y sobre todo, sin crisis. Organice las cosas para que pasen más tiempo juntos. Lo importante es que uno aprenda con el otro. Si a ella le gusta que usted avise los compromisos, no cuesta nada informar a dónde va y a qué hora piensa regresar", finaliza.
Él cambió por mí
La portavoz Denise Bonetti cuenta cómo se deshizo de las agresiones de su esposo: "Al principio de noviazgo él era muy tranquilo, cariñoso y dedicado a la relación. Después del matrimonio fui conociendo otro compañero. Él era grosero y me trataba mal delante de las personas. Cuando peleamos, el me ignoraba, pero nunca llegó al punto de golpearme, porque corte eso antes".
Según Denise, hubo un día en el que ella converso seriamente con él, fue franca y señaló que se podría mejorar: "Le explique que él no necesitaría cambiar los hábitos, pero si la manera cómo manejar la situación. Hable que siempre estuve a favor del matrimonio, pero él me estaba poniendo triste con cada actitud. Las palabras fueron escuchadas con atención y mi esposo ha hecho lo mejor que puede. Sólo con verlo esforzarse ya estoy contenta. La agresión no existe en mi relación".
No hay comentarios:
Publicar un comentario